Rafael Ayala, nacido en Pujilí (Cotopaxi) el 5 de septiembre de 1925. Estudió en la escuela Pablo Herrera en su ciudad natal. Al poco tiempo de terminar sus estudios secundarios en el Seminario Menor San Luis Rey de Francia, en Quito, y con tan solo 19 años, viajó a Guayaquil y vio cómo el azar le señalaba su camino profesional y tuvo el acierto de seguirlo.
Conoció a varios Visitadores a Médicos quienes le sugirieron seguir dicha profesión. En la década de los cincuenta y luego de capacitarse con mucho esfuerzo, empezó a ejercer como Visitador a Médicos, lo que le permitió adquirir un amplio conocimiento sobre fórmulas y medicamentos, llevándolo a emprender su propio negocio, lo que hoy se constituye como una de las empresas de mayor desarrollo en la Industria Farmacéutica Ecuatoriana.
A los 25 años, realizó un curso en el Centro Farmacéutico Marzo y Compañía; allí obtuvo un certificado con el que viajó a Quito y se vinculó a un laboratorio farmacéutico estadounidense.
Su profesión de Visitador a Médicos lo llevó a conocer galenos de prestigio como: Juan Tanca Marengo, Armando Pareja Coronel, entre otros íconos de la medicina guayaquileña, con quienes formó lazos de amistad más allá de lo profesional.
Sus ambiciones nunca lo limitaron a mantenerse como comerciante de medicamentos, por eso, cuando un año después fue requerido para trabajar en la empresa Parke Davis, en Guayaquil, no lo dudó. Tras seis años allí, con un prestigio bien ganado en esa área y los conocimientos de comercialización, distribución e importación de medicamentos, Rafael Ayala fue requerido por el laboratorio Carlo Erba, allí trabajó un año, durante el cual le triplicaron el sueldo, pues él fue el artífice para que las ventas de esa empresa también se triplicaran.
No todo ha sido al azar en la vida de Rafael Ayala. Para alcanzar el éxito ha tenido mucho que ver la fe, el amor al trabajo, un profundo deseo de superación y el apoyo incondicional de su esposa, la Señora Cecilia Salcedo de Ayala, quien como secretaria, asistente, contadora y la mejor gerente de administración y finanzas, fue el pilar fundamental para su emprendimiento; sin olvidar a sus amigos los médicos, ya que “sin su ayuda no habría podido surgir”, reconoce siempre muy agradecido.
En el año 1957 recibió el apoyo de quién con el paso de los años se convirtió en su amigo personal, el Doctor Alberto Zambon, Gerente General de la compañía farmacéutica italiana ZAMBON, quien no solo le otorgó la representación de la marca en nuestro país, sino que también lo contrató para aperturar sus mercados en toda América Latina.
El 17 de diciembre de 1958, con un capital inicial de 50.000 sucres (USD 3.000 a la cotización de la época), Rafael Ayala dio el salto que, 60 años después, ve como acertado: creó la Corporación Farmacéutica Ecuatoriana (Cofesa).
El 13 de abril de 1965 la empresa cambió de razón social a Farmayala Cia. Ltda. y se dedicaba exclusivamente a la comercialización de medicamentos, introduciendo nuevas líneas de productos como MENARINI, una gran multinacional italiana.
En la década de los noventa (con una inversión de USD 3 millones), el Sr. Ayala junto a dos de sus tres hijos constituyen Indeurec, un laboratorio para fabricar medicinas, ubicado en Durán al norte de Guayaquil.
Hoy, la Corporación Farmayala es más que una empresa familiar, es un grupo farmacéutico con objetivos de mejoras continuas, que en base a su talento humano y a la actualización de tecnologías de punta, se esfuerza diariamente para operar y trabajar en armonía con las necesidades y expectativas de médicos, clientes y pacientes.
Farmayala desarrolla programas de responsabilidad social fortaleciendo las bases para la sociedad, la educación, la salud y el medio ambiente.
Como parte de su filosofía de trabajo, Farmayala incluye en su recurso humano a personas con discapacidad, para fomentar su inserción en la cadena productiva del país.
También ha desarrollado en sus empaques, el sistema de escritura Braille, para ofrecer servicio a los no videntes, siendo el laboratorio nacional pionero en esta innovación.
Gracias a su trayectoria, Corporación Farmayala se proyecta como una industria que generará nuevos productos, con la búsqueda de materias primas innovadoras y alianzas estratégicas, que no solo seguirán afianzando su trabajo local, sino que además, logren cruzar fronteras.